Yasmelis y Josué, dos niños de 9 y 10 años respectivamente, llegaron la mañana de este viernes a Venezuela en vuelo directo desde Texas, Estados Unidos, a través de la Gran Misión Vuelta a la Patria.

Se trata de dos menores de edad que fueron separados violentamente de su familia, madre, padre y hermana mayor, en diciembre de 2024, como consecuencia de las políticas migratorias que impone Estados Unidos. 

Amanda Angulo, madre de ambos, los recibió entre lágrimas y agradeció al presidente Nicolás Maduro las gestiones para el regreso de sus hijos. “No pensé que llegarían tan rápido”, dijo tras 7 meses de esta situación irregular. 

La historia de una aberración

La Familia llegó a Estados Unidos en diciembre de 2023. Amanda y José Rafael, los padres; Samantha, una adolescente y los niños Yasmelis y Josué, cruzaron la selva del Darién, y comprobaron que eran ciertas las historias de terror que les habían contado sobre ese lugar. Sin embargo, siguieron. Su situación económica en el país se había vuelto muy dura, como consecuencia del bloqueo económico que impone Estados Unidos contra el pueblo venezolano.  

Un año después, el 21 de diciembre de 2024, salieron de Nueva York donde residían en un vehículo particular que arrendaron para visitar a unos familiares en Texas. En ese estado los detuvo una patrulla policial. Al notar que eran inmigrantes venezolanos, a pesar de tener documentos en los que constaba que estaban tramitando su regularización en la nación norteamericana, comenzó la agresión. 

Al padre y la madre los esposaron delante de los hijos y se los llevaron en una patrulla, los menores de edad quedaron desamparados en plena autopista. Los oficiales de migración se llevaron a los niños y les prometieron que los entregarían con sus familiares, pero no fue del todo cierto. A Samantha, de 16 años la llevaron a una cárcel de mujeres, un penal de delitos comunes, a pesar de no haber cometido ningún crimen y ser menor de edad. No sabía nada de sus hermanos ni sus padres.

En ese lugar, debió enfrentar dos intentos de asesinato. Una noche, se quedó dormida y soñó que alguien la ahorcaba; sin embargo, no era un sueño. Fue una pesadilla hecha realidad. Su compañera de cuarto la tenía tomada del cuello, “cuando desperté brinqué de la cama, pero ya me había dejado casi sin respiración, de hecho tenía el cuello morado”, contó. 

Además, el golpe de la caída la dejó sin poder moverse por una semana. Asegura que se salvó porque, en medio de la agresión, comenzó a gritar, la ayudaron otras compañeras y llegaron los oficiales. 

El Reencuentro

Samantha llegó a Venezuela el viernes 2 de mayo. Un mes antes la llevaron a un centro de detención para migrantes, luego de vivir horrores en la prisión donde permaneció por dos meses. Su madre ya había sido deportada a Venezuela, su padre estaba en otra ala de ese centro de detención y sus pequeños hermanos, estaban con los tíos. 

Unas semanas después, José Rafael aterrizó en Venezuela a través de un vuelo de la Gran Misión Vuelta a la Patria, y finalmente el viernes 6 de junio, los pequeños Yasmelis y Josué completaron el cuadro familiar. Todo esto, producto del esfuerzo permanente del Gobierno nacional para lograr el reencuentro de las familias venezolanas que emigraron.

Amanda Angulo, madre de los tres niños expresó entre lágrimas su agradecimiento. Tanto ella, como su esposo y sus hijos recibieron la atención integral que la nación ofrece a todos los migrantes repatriados, y fueron llevados hasta su hogar en Barquisimeto, estado Lara. 

Tras el reencuentro, aseguran estar felices de estar juntos de nuevo y de regresar a Venezuela.